Os Buracos do Espelho


o buraco do espelho está fechado
agora eu tenho que ficar aqui
com um olho aberto, outro acordado
no lado de lá onde eu caí
pro lado de cá não tem acesso
mesmo que me chamem pelo nome
mesmo que admitam meu regresso
toda vez que eu vou a porta some
a janela some na parede
a palavra de água se dissolve
na palavra sede, a boca cede
antes de falar, e não se ouve
já tentei dormir a noite inteira
quatro, cinco, seis da madrugada
vou ficar ali nessa cadeira
uma orelha alerta, outra ligada
o buraco do espelho está fechado
agora eu tenho que ficar agora
fui pelo abandono abandonado
aqui dentro do lado de fora.
Arnaldo Antunes

Objeto Gritante


"Encarno-me nas frases voluptuosas e inintiligíveis que se enovelam para além das palavras. "Lemos com o corpo todo, nosso corpo linguajeiro, corpo erógeno, pulsional. A relaçao do corpo com a linguagem se dá pela mediaçao exercida pela sensorialidade das palavras. Essa dimensao evocativa supoe corporeidade e desejo. Em sua materialidade significante, o texto se faz carne e o corpo erótico. A escritura é a prova de que o texto deseja o leitor. A escritura é o Kamasutra da linguajem"
É com uma alegria tao profunda. É uma tal aleluia. Aleluia, grito eu, aleluia que se funde com o máis escuro uivo humano da dor de separaçao mas é grito de felicidade diábolica. Porque ninguém me prende máis. Continuo com capacidade de raciocínio, quero me alimentar diretamente da placenta. Tenho um pouco de medo: Medo aínda de me entregar pois o próximo instante é o desconhecido. O próximo instante é feito por mim? Fazemo-lo juntos com a respiraçao.
Eu te digo: estou tentanto captar a quarta dimensao do instante-já, que de tao fugidio nao é máis porque agora tornou-se um novo instante-já que também nao é máis. Cada coisa tem um instante em que ela é. Quero apossarme do é da coisa. Esses instantes que decorrem no ar que respiro: em fogos de artifício eles espocam mudos no espaço. Quero possuir os átomos do tempo. E quero capturar o presente que pela sua própria natureza me é interdito: o presente me foge, a atualidade me escapa, a atualidade sou eu sempre no já. Só no ato do Amor- pela límpida abstraçao de Estrela do que se sente- capta-se a incógnita do instante que é duramente cristalina e vibrante no ar e a vida é esse instante incontável, maior que o acontecimento em si: no Amor o instante de impessoal jóia refulge no ar, glória estranha de corpo, materia sensibilizada pelo arrepio dos instantes- e o que se sente é ao mesmo tempo que imaterial tao objetivo que acontece como fora do corpo, faiscante no alto. Quero captar o meu é. E quero cantar aleluia para o ar, assim como faz o pássaro. E meu canto é de ninguém. Eu corpo-a-corpo comigo mesma.
Agua Viva
Clarice Lispector

En el vagón con Alicia


-¡Billetes, por favor! -pidió el inspector, asomando la cabeza por la ventanilla. En seguida todo el mundo los estaba exhibiendo: tenían más o menos el mismo tamaño que las personas y desde luego parecían ocupar todo el espacio dentro del vagón.
-¡Vamos, niña! ¡Enséñame tu billete! -insistió el inspector mirando enojado a Alicia. Y muchas otras voces dijeron todas a una (-Como si fuera el estribillo de una canción -pensó Alicia) -¡Ala, niña! ¡No le hagas esperar, que su tiempo vale mil libras por minuto!
-Siento decirle que no llevo billete -se excusó Alicia con la voz alterada por el temor-: no había ninguna oficina de billetes en el lugar de donde vengo.
Y otra vez se reanudó el coro de voces: -No había sitio para una oficina de billetes en el lugar de donde viene. ¡La tierra allá vale a mil libras la pulgada!
-¡No me vengas con esas excusas! -dijo el inspector- Debieras haber comprado uno al conductor.
Y otra vez el coro de voces reanudó su cantilena:
-El conductor de la locomotora ¡como que sólo el humo que echa vale a mil libras la bocanada!
Alicia se dijo a sí misma -Pues en ese caso no vale la pena decir nada-. Esta vez las voces no corearon nada, puesto que no había hablado, pero con gran sorpresa de Alicia lo que si hicieron fue pensar a coro (y espero que entendáis lo que eso quiere decir... pues he de confesar que lo que es yo, no lo sé). -Tanto mejor no decir nada. ¡Que el idioma está ya a mil libras la palabra!
-A este paso, ¡estoy segura de que voy a estar soñando toda la noche con esas dichosas mil libras! ¡Vaya si lo sé! --pensó Alicia.
El inspector la había estado contemplando todo este tiempo, primero a través de un telescopio, luego por un microscopio y por último con unos gemelos de teatro. Para terminar, le dijo -Estás viajando en dirección contraria -y fuese, cerrando sin más la ventanilla.
-Una niña tan pequeña -sentenció un caballero que estaba sentado enfrente de Alicia (y que estaba todo él vestido de papel blanco)- debiera de saber la dirección que lleva, ¡aunque no sepa su propio nombre!
Una cabra que estaba sentada al lado del caballero de blanco, cerró los ojos y dictaminó con voz altisonante, -Debiera conocer el camino a la oficina de billetes, ¡aunque no sepa su abecé!
Sentado al lado de la cabra iba un escarabajo (el vagón aquel iba desde luego ocupado por unos pasajeros harto extraños) y como parecía que la regla era la de que hablasen todos por turno, ahora a éste le tocó continuar diciendo, --¡Tendrá que volver de aquí facturada como equipaje!
Alicia no podía ver quién estaba sentado más allá del escarabajo, pero sí pudo oír cómo una voz enronquecida la emprendía diciendo también algo: -¡Cambio de máquina...! -fue todo lo que pudo decir porque se le cortó la voz.
-Por la manera que tiene de hablar no sé si decir que es un caballo bronco o un gallo -pensó Alicia. Y una vocecita extremadamente ligera le dijo, muy cerca, al oido -Podrías si quisieras hacer un chiste con eso, algo así como «al caballo le ha salido un gallo».
Entonces, otra voz muy suave dijo en la lejanía -Ya sabéis, habrá que ponerle una etiqueta que diga «Frágil, niña dentro; con cuidado».
Después de esto, otras voces también intervinieron (-¡Cuánta gente parece haber en este vagón! -pensó Alicia) diciendo -Habrá que remitirla por correo, ya que lleva un traje estampado... habrá que mandarla por telégrafo... que arrastre ella misma el tren en lo que queda de camino... -y así hasta la saciedad).
Pero el caballero empapelado de blanco se inclinó hacia ella y le susurró al oído -No hagas caso de lo que están diciendo, querida: te bastará con sacar un billete de retorno cada vez que el tren se detenga.
-¡Eso sí que no! -respondió Alicia con bastante impaciencia-. Nunca tuve la menor intención de hacer este viaje por tren... hasta hace sólo un momento estaba tan tranquila en un bosque... y ahora ¡cómo me gustaría poder volver ahí de nuevo!
-Podrías hacer un chiste con eso --volvió a insinuar esa vocecilla que parecía tener tan cerca suyo--; algo así como «pudiera si gustase o gustaría si pudiese», ya sabes.
-¡Deja ya de fastidiar! -dijo Alicia, mirando en derredor para ver de dónde provenía la vocecilla-. Si tienes tantas ganas de que haga un chiste, ¡por qué no lo haces tú misma!
La pequeña vocecilla dio un hondo suspiro. Estaba muy disgustada, evidentemente, y a Alicia le hubiera gustado decirle algo amable para consolarla -Si sólo suspirara como todo el mundo... -pensó. Pero no, aquel había sido un suspiro tan maravillosamente imperceptible que no lo hubiera oído nunca si no estuviera tan cerca de su oído. Lo que tuvo la consecuencia de hacerle muchas cosquillas y esto fue lo que la distrajo de pensar en el disgusto de la pobre y diminuta criatura.
-Yo ya sé que eres una persona amiga -continuó diciendo la vocecilla-: una buena amiga mía y de hace mucho tiempo, además. Por eso sé que no me harás daño, aunque sea un insecto.
-¿Qué clase de insecto? -preguntó Alicia con cierta ansiedad. En realidad, lo que le preocupaba era si podía o no darle un pinchazo, sólo que le pareció que no sería de muy buena educación preguntárselo así directamente.
-¡Cómo! ¿Entonces es que a ti no... -empezó a decir la vocecilla, pero cualquiera que fuese su explicación, quedó ahogada por un estridente silbato de la locomotora; todo el mundo saltó alarmado de sus asientos y Alicia también con los demás.
El caballo, que había asomado la cabeza por la ventanilla, la volvió a meter tranquilamente y dijo -No es más que un arroyo que tenemos que saltar. -Todo el mundo pareció quedar satisfecho con esta explicación, pero Alicia no las tenía todas consigo ante la idea de que el tren se pusiese a dar saltos. -Aunque si así llegamos a la cuarta casilla ¡creo que valdría la pena probarlo! -concluyó para sus adentros. Al momento siguiente sintió cómo el vagón se elevaba por los aires y con el susto que esto le dio se agarró a lo que tuviera más cerca y dio la casualidad de que esto fue la barba de la cabra.
Insectos del Espejo "Alicia a través del espejo" - Lewis Carroll

Ollo de Vidro


Leutor:
Certo día fitoume unha vaca.
¿Que coidará de min?, pensei eu; e naquel intre a vaca baixou a testa e sigueu comendo na herba. Agora xa sei que a vaca somentes dixo:
—Bo, total un home con anteollos.
E ó mellor eu non son máis que o que coidou a vaca.
Velaí a ledicia de pensar que cando a miña calivera estea ó descuberto xa non poderá xuzgarme ningunha vaca. A morte non me arrepía e o mal que desexo ó meu nemigo é que viva até sobrevivirse. Eu son dos que estruchan a cara pra apalpa-la propia calivera e non fuxo dos cimeterios endexamais.
Un ollo de vidro. Memorias d´un esquelete
Castelao

A RABUDA

(to be continued)

Todos os relatos que chegaron a nós sobre a vida de Rabuda, foron escritos moitos anos despois por discípulos proclives á idealización do seu mestre, polo que resulta difícil separar os sucesos reais dos numerosos mitos e lendas arredor da súa vida.
Conta unha das lendas que naceu na auga dunha fermosa lagoa, baixo unha flor de loto.
A súa nai, unha indirana semipalmata, pouco antes de dar a luz soñou que un dos ovos eclosionaba creando un feixe de luz marabilloso que contiña todas as cores do arco da vella e que do seu interior agromaba unha voz anxelical entonando un canto que xamais escoitara antes.
Xa de
cágado mostrou unha temperá inclinación á meditación e reflexión, acadando estados de transo profundo antes de converterse en adulto e antes incluso da súa propia metamorfose.
A tradición di que unha noite sentou sobre a loto que lle viu nacer, decidido a non erguerse ata acadar o “nirrana” a liberación da dualidade do anfibio...

Jhonnie & Annabelle


Johnnie Gray has two loves in his life: his engine and his girl, Annabelle Lee.

loto



Quiero contarte cómo parí un sueño, cómo mis manos cansadas de ser puños, se abrieron para recibir las semillas del cielo, cómo me convertí en canal para crear vida donde creí que todo era yermo...
Con dedos curiosos de conocimiento, escarbé en la materia oscura, hurgando en la humedad de la tierra herida para desgranar mi alma, hundirme en el lodo más profundo y sucumbir al vacío.
Fue necesario morir para germinar.
Soltar lo superfluo y llegar al ser.
Pelar el cuerpo.
Derribar la torre.
Recibir al rayo.
Dejar brotar la flor que contengo.
Renacer.
Bañarme de luz.
Volverme joya para llegar a ti y compartir este secreto.

2010


Vai lá, vai lá
Vai lá, vai lá
Vai lá, vai lá
Vai lá Vai lá no Cacique sambar
Não fique de marra vem cá
Não deixe essa onda quebrar
Meu barco já vai navegar
Vou dar a partida
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Vem cá
Um pudim sem coco, não dá
Já estou preparando o jantar
Tem sobremesa, manjar
Pimenta não pode faltar
Feijão sem tempero,
é ruim de aturar
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
É, pois é
Estou procurando o José
Ficou de me dar um qualquer
Busquei na Bahia um axé
De olho no acarajé
Ganhei uma preta no candomblé
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Iô, iô, iô iô
Ai, ai, ai ai