enseñame a volar


La cosa más atractiva es justo aquello que no puedo tener...la dualidad se transforma en mi foco...no las cosas hermosas...una vez que te hagas cargo de esto vas a empezar a cambiarlo, porque si algo externo me hace sufrir, es que soy adicta a sufrir.
Yo puedo elegir no sufrir
Yo puedo elegir SER el AMOR
Cuando tenga el nivel de conciencia y la seguridad interior para poder elegir...
El AMOR percibe la Unidad dentro de la dualidad.
LAS RESPUESTAS DEBEN VENIR DESDE DENTRO. TODOS SOMOS UNO.
Tenemos el poder.
Nosotros no somos nuestros pensamientos, nuestros miedos, nuestras emociones, somos mucho más. Podemos aprender simplemente a SER, a SER en el momento
SER EL AHORA
SER AMOR
podemos elegir
Elijamos Amor.
Isha

Como desees...


...y fueron felices ¿?- pregunté inquieta.

"Dicen que todo lo que nosotros estamos buscando, también nos busca a nosotros y que, si nos quedamos quietos, nos encontrará.
Es algo que lleva mucho tiempo esperándonos.
En cuanto llegue, no te muevas...ya verás lo que ocurre a continuación"-dijo Clarissa.

-Sí, pero qué pasará después, cuando aparezca la mujer esqueleto...y si no se atreven a abrazarla...-mientras preguntaba, flotaba en mi memoria el fantasma de ese espectro que tantas veces se me había aparecido.

-Una parte de todas las mujeres y de todos los hombres se niega a saber que en todas las relaciones amorosas, la Muerte también tiene que intervenir...amar significa permanecer al lado de alguien.Significa salir de un mundo de fantasía y entrar en un mundo donde es posible el amor duradero, cara a cara, hueso a hueso, un amor hecho de afecto. Amar significa quedarse cuando todas las células gritan:"Echa a correr"-respondió la mujer salvaje.

-Querida Clarissa, siempre te escucho con atención y procuro integrar lo que me dices, intento recordar que soy la que sabe...pero a veces creo que no he aprendido nada-le respondí.

-La ignorancia es no saber nada y sentirse atraído por lo bueno.La inocencia es saberlo todo y seguir sintiéndose atraído por lo bueno...¿Quieres saber cómo termina el cuento?


-Síiii.


-Fueron felices.


-¡Bien!


(conversación imaginaria con Clarissa Pinkola,


variaciones sobre su texto Mujeres que corren con los lobos)


El Perro del Alquimista


La historia es antigua y fantástica a pesar de aparecer referenciada en los anales de la dinastía Ming y en un volumen apócrifo de la Británica. Se sabe que Borges la tuvo por fantasiosa; Eliade la reporta como un hecho verídico. Yo simplemente la recuerdo todas las noches por una razón secreta e intransferible: fui uno de los protagonistas. Mis recuerdos son borrosos y la versión de Borges no ha logrado aclararlos. Tampoco la de Eliade. A grandes rasgos, la historia es ésta:

El anciano alquimista, tras muchos años de experimentación con el azufre y con el cinabrio, logró por fin elaborar una pócima que presumia ser el elixir de los inmortales. La prudencia, consejera sabia donde las haya, le recomendó darlo a probar a su perro antes de aventurarse él y sus discípulos a consumir el brebaje. El final de la historia no lo tengo claro. Recuerdo que el perro murió al instante y que los discípulos en medio de mofas y recriminaciones, se marcharon y abandonaron al maestro. Eliade escribe que el alquimista no quiso renunciar al fruto de tantos años de tanto trabajo, aunque este fruto lo llevara a la muerte. También apunta la posibilidad, acaso más prosaica, de que se quitara la vida simplemente atormentado por su descomunal fracaso. Borges, sin embargo, nos explica que al cabo de unas horas el alquimista y el perro resucitaron. Ambas versiones son algo inexactas porque tanto el perro como el alquimista volvimos a la vida, pero no con la misma apariencia. Hemos atravesado juntos los siglos y los continentes con discreción y con una mutua fidelidad. Yo era el perro y el que ahora es mi perro era el maestro. Todavía, cada noche, al calor del hogar o bajo la mirada de las estrellas, cuando acaricio a mi perro, le relato esta increíble historia y el me la devuelve agitando el rabo. Sé que al anciano maestro le encantan las historias fantásticas.

Juli Peradejordi

A Praninha, Brunito, Uma, Nube, Nagô y Ella

Habitación de las Tentaciones

...hace falta que oscurezca para que veamos las estrellas...